viernes, 30 de diciembre de 2011

Comparto contigo...

A ti, que llegas a visitar este espacio, deseo invitarte a dar una nueva chance a la esperanza en un futuro mejor.
El nacimiento de Jesús nos ofreció la Redención y renovada promesa de estar siempre a nuestro lado. Yo le pido paz, tranquilidad, trabajo; y que ilumine el corazón y la inteligencia de nuestros gobernantes.
Por la cordura en el mundo.
Y para que el hombre SEPA y QUIERA cuidar su planeta, su hogar.

El comienzo de un nuevo año siempre es una esperanza de que el futuro será más benévolo con nuestras necesidades... Ayudémoslo.

Comparto contigo la canción de este enlace. Escúchalo...EL PODER DE LOS SUEÑOS....

¡BUEN AÑO 2012!
SALUD, PAZ, TRABAJO... Y POR TUS SUEÑOS !!!


lunes, 12 de diciembre de 2011

Por si quieres entrar en mi sencilla casa...


Por si quieres entrar en mi sencilla casa,
dejaré las puertas entornadas. En la mesa la copa
del brindis; en su cento la lámpara
que alumbre el silencio gozoso del encuentro.
Y sobre el mueble antiguo, el reloj
del tiempo, donde duermen milenios...
En esta noche distinta se renueva el milagro
de Aquel que vino una vez para dejarnos
su reiterado Amor –que redime los nuestros–

Brindemos con el vino en paz que maduró en silencio.

Tiempo de Navidad


Tiempo de Navidad

Es posible creer que esta mañana
puede cantar el aire con un sonido infante
de campanas en gozo porque saben
que es Diciembre y trae la Esperanza
de las palmas abiertas y el perdón en el alma.

Es posible aún. Para el amor no es tarde...
Salgo a buscarlo en renacidas calles.
Lo encuentro cerca, en el amigo.
Sólo un paso adelante.



domingo, 27 de noviembre de 2011

La lluvia

La lluvia

Un día agobiante, gris, anodino, de esos en que uno quisiera diluirse, desaparecer, fue elegido por la llovizna para hacerse presente en el pueblo. ¿A qué asomarse siquiera?... Lo extraño es que la decisión pareció unánime en la voluntad de cada uno de los habitantes de la aldea. Como un raro conjuro. Cada uno sintió más apego a su casa, a su almohada, a las habitaciones cerradas. Ni un rostro asomó para ver la mañana mojada y sucia como un cachorro.

Mientras, la llovizna crecía.

Pero Paula tenía una cita y toda la inquietud y deseos que parecían ausentes en los demás, se centraron en ella. No. Nada iba a desanimarla… Eligió la pollera azul y la camisa clara que a él le gustaban, peinó su largo pelo que cubrió con una chalina roja y decidió que igual iría al encuentro de su amor, allá, en la cabaña del montecito alto.

La lluvia fue una cascada rotunda sobre los techos.

Resonó como aquellos sonidos imprecisos que nos asustan en la infancia cuando, sorprendidos en la confiada entrega del sueño, nos vemos desprotegidos frente a un asalto por sorpresa. Son las manos de la lluvia que tiran pedradas en las ventanas y a nuestro miedo… Los pies de la lluvia que chapotean descalzos en el barro como niños alegres… Los ojos de la lluvia chorreando lagrimones enormes en los charcos y que al caer, forman globos un momento para luego estallar.

Paula y la lluvia mirándose a la cara. Midiendo sus fuerzas…

Germán despertó en la habitación humilde. Sus sentidos aún adormecidos por el sonido primigenio del agua, no le permitieron recordar al instante qué día tan especial sería hoy. Luego fue tomando conciencia de todo, miró a su alrededor y le dolió lo precario de su vida y su situación. Hubiera querido conquistar el mundo para ella; por eso se iría de allí a buscar la suerte que acá no tenía. No había trabajo suficiente en el pueblo para hombres como él: joven, fuerte, emprendedor. Pero volvería a buscarla. Porque Paula era el sol, y él iba a amarla ese día de lluvia.

El agua cantaba en las calles mientras el viento la despeinaba.

En esa hora lechosa de la mañana, el conjuro seguía cumpliéndose. Nadie acudió a sus tareas. El pueblo dormía.

Una capa oscura y brillosa dobló la esquina; no, no es fantasma ni fantoche, es mujer. Corre por momentos, su chalina roja se agita. También a ella el viento quiere despeinarla…La lluvia le da en la cara todas las cachetadas que le daría su madre si supiera dónde va. Pero ella sigue, ciega y feliz. El agua la acompaña, la envuelve, la traba, le nubla los ojos; es dulce y amarga a la vez.

Paula y la lluvia corren juntas. La lluvia –al fin– es mujer.

Noventa y seis horas llovió sobre la aldea. Hubo una represa que dejó de serlo, puentes que se quebraron, caminos que desaparecían bajo el paso del agua. Agua bendita y deseada a veces. Agua maldita y temida hoy. Su prepotencia arrasó todo intento de contención cuando el pueblo quiso –o pudo- reaccionar.

Fue una triste noticia más en los diarios capitalinos que rezaban:”Noventa y seis horas llovió sobre el pueblo norteño dejando un saldo de dos muertos y cuatrocientos cincuenta y ocho personas evacuadas. No se tiene certeza, pero se cree que puede haber incomunicados en cabañas de los montes más altos, a los aún no se ha podido hacer llegar las cuadrillas de rescate. La búsqueda continúa. Se solicita la colaboración de todos aquellos que puedan acercar su ayuda para paliar la penosa situación…”

Paula y Germán atizan el fuego, los últimos leños que aún pueden arder, se consumen espejando sus llamas en sus ojos tibios.

La lluvia quiere su parte. Lame suavemente la cabaña.

Porque intuye el amor tras esas paredes, llama a su puerta con golpes cada vez más débiles y llora muy quedo. No quiso ser violenta y a pesar suyo, llegó como un castigo. No fue amada ni trajo alegría, la tierra ya no quiere recibirla.

¿Oíste? Parece un llamado, nos van a rescatar, dice Paula.

Aún es la lluvia , mi amor. Mañana… será mañana.

La lluvia muere.

Se ahoga en su propio llanto desolado.

miryamseia@cablenet.com.ar

martes, 22 de noviembre de 2011


Precepto

"Ciruelo de mi puerta, si no volviese
yo, la primavera siempre volverá.
Tú, florece".
Anónimo japonés


Asegurarme el fulgor
de cada día
es arrogancia
que no asisto.
Cada especie sabe. Y consuma lo que sabe,
responde desde la obstinada memoria
de su origen
al aliento mismo del planeta.
Lo diverso convive y se entrelaza
en mágico precepto.
Yo sólo conozco mi incertidumbre.
Mi ser vulnerable
al filo exacto
de la daga.

Cuando ya no regrese
abraza mi silencio, árbol amigo
y cantaré contigo.

viernes, 18 de noviembre de 2011

Nómbrame


Dibujo: Artista Plástica
Mirta Larcher de Molver


Nómbrame


Si tu voz no me rescata a tiempo
creo desaparecer de los espejos
como algo concluso e irreal
resuelta en lo fugaz.
Sin embargo
hay fechas y lugar y ciclos
que afirman mi existencia
en un espacio sobre tierra y bajo cielo,
donde formulo planteos y resuelvo
que puedo ser yo misma con mis credos.
¿Cómo explicarle entonces
a esta indefinifle ansiedad,
que no es necesario caber en otro pensamiento
para alcanzar la dimensión total?...
Existo porque siento.
Y la vida me sostiene
amarrada a sus tientos.
Elijo mi individualidad,
pero...
en nombre de mis miedos
te pido que no dejes de nombrarme.

Temo desaparecer de los espejos
y ser una piadosa mentira del tiempo.

martes, 15 de noviembre de 2011

domingo, 13 de noviembre de 2011

Viajar en un cuadro

Sábado por la tarde, a esa hora en que comienzan a llamar despacito las primeras sombras. Una llovizna insistente cae sobre el gris de la ciudad (¿o sobre el mío?). Mis pasos se adelantan por el largo corredor de la Galería de exhibición de cuadros. Decido dejar afuera mi desgano y disfrutar realmente de cada rectángulo de color y sugerencias que cada autor ha puesto en su creación. Me enseñaron a pararme a cierta distancia de un cuadro para apreciar mejor su perspectiva y voy aplicando el consejo frente a cada uno de ellos.
Aquí hay un óleo que refleja una marina; allá líneas, arcos entrelazándose en un nivel que brinda la sensación de un espacio sideral… Colores, formas, mundos que nacen de otros mundos interiores y que quieren expresarse en un lenguaje distinto. De pronto, algo me clava en mi sitio. Una sensación muy dulce, de reconocimiento me detiene frente a un cuadro que de tan simple, trasciende.
Es un viejo patio, un muro, un duraznero en flor y una niña jugando cerca del árbol. Eso es todo.
Ya no es sábado. Ni llueve. Ni yo en la Galería de cuadros…
Estoy en una vieja casa y hay sol. Y soy parte de la infancia; éste es mi patio… ¡Era tan bueno tenderse en la tierra y mirar el mundo desde la altura de los pastos! No sólo porque todo parecía más importante sino porque podía descubrir pequeñas vidas en las grietas de una piedra o entre las gramíneas; en las raíces del árbol que sobresalían en partes, o en un orificio en la tierra; pequeños habitantes que cabían en mis manos y que tal vez ¿quién sabe? a lo mejor pensaban y creían que yo era un gigante…
El patio tenía rumores, y olor de glicinas. Porque ese árbol hablaba de una estación de flores y también, simplemente, porque así lo sentía en mis cortos años que exigían belleza, colores, ilusión…
Miro el cuadro largamente y, aunque quiero, ya no veo los otros, éste ha calado muy hondo en el recuerdo de mi alma y agradezco íntimamente a quien así lo pintó, a quien rescató un puñado de cosas sencillas y entrañables que de algún modo me pertenecen aunque sean suyas.
Creo que se ha establecido ese puente de comunicación entre la obra del artista y el espectador. Sonrío cuando salgo al encuentro de la llovizna.

Al llegar a casa me encuentran misteriosa, sólo porque al preguntarme dónde había estado, contesté:
––En mi casa, jugando en el viejo patio, con mis nueve años
–– Ah, ¿sí? ¿Y quién te llevó?
–– Un cuadro. He viajado en un cuadro.

domingo, 30 de octubre de 2011

Crepúsculo de domingo





Crepúsculo

Esta hora me elige. Es domingo y la tarde
está en el umbral de la noche.

Me pregunto porqué siempre le exigimos al domingo,
ser felices. Y porqué, pese a su réplica constante
volvemos a creer siete días después, que es posible

Le quito al día el último velo para mirarlo así,
despojado.
Sin darme cuenta que el juego
es inverso.
Y que desnuda ingreso al territorio de los sueños
donde acepto que esta hora me elija
como memoria de lejanos recuerdos,
de todos los domingos,
de todas las porfiadas ilusiones,
que aún siguen naciendo...

Es inútil advertirle a esta hora
que mi paso se está haciendo leve.
Es domingo y me elige.

Arrebato de dorados al poniente
mantienen viva mi antigua sed
sobre un ansia de luz que permanece.

lunes, 24 de octubre de 2011

Incertidumbre






Dios preguntó a Caín: "¿Dónde está tu hermano?"
Y la respuesta de Caín fue asesina:
"¿Acaso yo soy guardián de mi hermano?"

Temo haber sido Caín
cuando vendí la materia
con que construía la nostalgia.
O cuando maté mi parecer
muchas veces para decir que sí.
Pero, si desde la infancia
lo veo
a la inversa,
soy Abel.

miércoles, 12 de octubre de 2011


Nocturno

El cielo ha florecido con infinitos puntos que titilan.

Tal vez cada uno de ellos sea del hombre, una pregunta
que anuda el asombro con las dudas; acerca de la muerte;
acerca de la vida...
Las eternas cuestiones, las preguntas eternas...
Las posibles respuestas duermen en el milagro de la estrella.
¡Qué no daría yo por una cuerda astral que me llevara
al misterio de su clima; por conocer su polen de silencio,
su luz original, su olvidada memoria de la mía!

Escrupuloso pie sobre la tierra y el alma ida, me refugio cada noche
en el regazo de un cielo florecido con infinitos puntos que titilan...
Podría suceder que yo aprendiera el oficio de transcurrir.
Como ellas: silenciosas.
En el brillo del día: inadvertidas.
En lo oscuro de la noche: luminosas.
Podría ser que así trajera la gran cuestión resuelta
para vivir en paz sobre la tierra.
La piedad del sueño

Cuando llega la piedad del sueño
con su hondura de refugio y nido
se deshace la tensa

encordadura de nervios
y se ingresa a un espacio-abismo
de emociones libres...
donde nada es imposible.

Se tiene por instantes la sensación
de flotar-cayendo...
sin más certeza que el espacio incierto.

Puedo, mientras duermo
trizar con un gesto imperceptible
miles de burbujas
que niegan mi peso...

Tomar al fin
gravedad y forma
en el hueco del lienzo
y soñar que sueño...

miércoles, 28 de septiembre de 2011

La otra cara de las cosas

Un ángel camina a mi lado y me susurra ideas...Consuela.

Es un día rotundamente gris, pero bajo un paraguas de colores
nos resguardamos mi ángel y yo; y algunas gotas escapadas de la lluvia.

Las calles se mueren de esperas porque llueve.

Sólo autos presurosos, y pocos que caminen con un ángel
bajo un paraguas de colores, oyéndole decir a cada paso:

"... que lo difícil no te nuble la mirada, que veas más allá de los tropiezos;
que el todo o la nada son dos medidas tuyas
que pueden valorarse de otro modo"...

Es abril. Hubo tormenta –dentro y fuera–

Llueve. Sedosamente llueve.

Y es tan obstinado y persistente mi ángel

caminando al ritmo de mis pasos, que su voz de cántaro

convence...

Y celebro abril.

Y celebro la vida con sus trece.

Y celebro este pueblo cuando llueve,

y puedo caminar con un ángel al costado

que con dulzura me muestre

la otra cara posible de las cosas...

jueves, 22 de septiembre de 2011

Fotografía: Carmen Riera de Dall'Aglio




Filo

Sufre la piel del aire los domingos
hacia el crepúsculo
cuando el filo de la oscuridad
desgarra el cielo.
En ese momento alguien precipita sombras
como ecos multiplicados.

Un entramado de almas fugan
del filo de la oscuridad,
de su corte que amenaza
y no termina de matar...

Nos guarda para siete días más,
cuando otro domingo sucede,
pasa, desciende.

Y el dolor –esa abstracción–
es un latido que permanece.

Territorio del alma

Territorio del alma

"Aunque camines el alma en todas direcciones
no encontrarás sus límites..."


Un día podré llevar a Tu Presencia
mis sentimientos
desguarnecidos,
sin prevención, ni corazas
ni armaduras...
Y Tu me expicarás
el sentido que ahora no comprendo.
Imagino el encuentro con lenguaje fluido
con la paz infinita de ver que todo encaja
en el lugar preciso asignado a mi destino.

De mañana clara iré vestida
con esta sonrisa tardía...
Llevaré en mis manos el planeta
con sus antiguas heridas
para que lo bendigas.

Y cuando me mires
haré un atado con todos mis rencores,
los hundiré en el cofre más profundo.

Te confiaré las llaves.
...............................................................

Y andaré por mi alma en todas direcciones.
Habrá luz.
Habrá paz.
Y una inmensa alegría.

jueves, 15 de septiembre de 2011

Descendido silencio


"Tú cada día multiplicas mi impotencia

al someter tu infinitud a mi débil pensamiento".

Carol Vojtyla


Descendido silencio
sobre el margen extremo
de la noche,
hunde como Tomás
–descreído,converso–
tus dudas en mi herida.

No hay más que esto;
un cuerpo salido de contexto
y mendicante eterno
que te pide:
sosténme de pie, no dejes
que yo te quiebre, silencio.


sábado, 10 de septiembre de 2011

Fotografía: Carmen Riera de Dall'Aglio



Fusión

Venía de vivir,
transitar espacios
en la malla insólita del tiempo,
cuando llegó la tarde
a paso lento
sellada en oro
confundida de luz y reverberos.
No es preciso más que todo lo que siento

para entrar en el reino de la noche,
desarmada,
sospechada de ser sólo una barca
un diseño del agua,
el aliento de esta hora
o el corazón encendidode aquella farola.
Este momento es un pretexto

para decir que fui.
Y ya no quiero.
Soy la tarde

sellada en oro
confundida de luz y reverberos...

viernes, 9 de septiembre de 2011

Paréntesis lunar

La luna cierta me mira desde el cielo.
Me pregunto
si este insomnio cuenta con su aprobación.
Ella es dueña de andar por el paisaje
de esta calle y de este pueblo; y más,
de pisar la tierra o hundirse en el mar.

Y aquí, sin sueño
en un amanecer de enebro y sal
la veo pasar
de mi desvelo, a otro cielo.

Ella es dueña de andar...
Y yo, dueña de pensar.
En la madura oscuridad

En la madura oscuridad de esta noche,
cuando las palabras se tornan esquivas
convoco los recuerdos.
Y ellos arman dentro de mi silencio
un poema inédito
con aquellas emociones que no pueden contarse
por íntimas y totales.
Sólo les presto mi memoria,
en esa pantalla reflejan
la llama titubeante
que no quiere apagarse...
Ellos –el poema, los recuerdos–
son camino y paloma
partida, regreso y vuelo.
Yo, –espectadora insomne–
soy apenas un fruto del azar
en la madura oscuridad de esta noche.

El duraznero

Dulcemente asombrado el paso se detiene
ante el milagro prematuro de tus flores erradas,
un calor equivocado despertó tu savia

y te diste así, en frescura rosada
resbalando tus ramas...
Floreciste en agosto sin saber que falta
todavía un momento de absurdo calendario
para ser poesía natural. Y cantas
como yo, a destiempo, tu nota liberada.
¿Sabes?, nos aguarda el precio.

En la fe de erratas seremos mañana
el perdido acento de aquella palabra
que se dijo antes, cuando aún dormían
fibras,
sangre,
raíz,
y alma.


Aún no lo sabes.
Por eso te asomas sobre el cerco.

Y cantas...




sábado, 3 de septiembre de 2011

En un amanecer...




Suele ocurrir en los amaneceres, especialmente si la noche estuvo empapada de insomnio. Y en este amanecer a que me refiero he visto a la soledad subir por los tejados; por momentos con aspecto de ángel, otros con rostro de mujer.
Desde allí miraba las calles que el sol comenzaba a tornar de color limón; suave, amarillo, perfumado.
Acechaba el horizonte con la íntima esperanza de ver llegar por el naciente, al Caminante que añoraba su corazón.
Las horas crecían como niñas urgentes, cada una traía un fruto maduro para el hambre de su corazón. La soledad seguía sola...
Mientras el humano reloj marcaba veinte pasos hacia el abierto costado del ocaso -veinte horas dolidas-...La luz libraba una batalla en la que perdía gajos de cielo ganado por nubes de plomizo marrón.
Tuvo que ceder. Sus fuerzas no pudieron sostener por más tiempo el sol.
.......................................................................................................................


La soledad se miró en el espejo de la luna que se iba.
Siguió por los tejados espiando la luz de algunas ventanas que inquietaron su corazón.
Fue noche en la noche.
El laurel del jardín la vio, descender con las alas partidas en dos.


Cualquier parecido con la realidad... es pura ilusión.







viernes, 2 de septiembre de 2011

Las palabras me salvan...son mi "hilo de Ariadna"


EL HILO TENAZ

En la odisea de permanecer soy la eterna
retornante que vuelve siempre por tu cauce
a cosechar el núcleo de la tarde.
La molienda de signos que rotura el alma
son mi grano y mi pan en esta
ciudadela que habito
con Minotauro y espanto.

Las elijo para explorar la desnudez
de metáforas... y han fluido
–río de aguas subterráneas– bajo
toda mi vida, uniendo espacios y emociones.

Por su continente, peregrina y fugaz,
voy a caminarlas descalza y sin galas,
temblorosa y conciente de llevar a la espalda
un vacío de médanos si ellas no me abarcan
Sus arenas imposibles sobornan
relojes detenidos
para darme un íntimo interludio sin registro.

Mientras siguen su curso, yo, casi innecesaria
avanzo hacia el final del alba
salvada por el hilo tenaz de las palabras.

jueves, 1 de septiembre de 2011

Palabras-pájaros...




El milagro es...

...adentrarse en la noche de las venas

y sentir desde el origen este rumor de pájaros,
su inquietud; el batir de alas sofocado
que buscan ascender y liberarse.
Me sube la calidez de su plumaje por la sangre

Los hay blancos y oscuros, de ojos húmedos y suaves.
Imposible no inventarles
un cielo donde cumplan su lenguaje.
Volar. Verlos volar fuera de mí, definitivamente
ellos.

Sin nada más que sus ansias de asombro
cubriendo mi paisaje. Si me dejan
quedo huérfana y vacía. Si se van
la vida se cumple en ellos y en la mía.
De regreso a la noche de mis venas
descubro que aún, estremecida
me sacude un ramalazo de ternura.
Pequeñas vibraciones, pero ciertas,
me aseguran que el ciclo recomienza
todavía.






EN EL MES NOVENO


Cuando sucedan los jazmines
en el mes noveno
por su puerta de aromas
entraré con mis hielos.

Septiembre
deshelará los miedos
quebrando cristales
en el día certero
que lloverán jazmines...

...en los muros
y sobre mi nombre nuevo.


miryamseia@cablenet.com.ar

sábado, 27 de agosto de 2011

Como un pájaro perdido...

Alígero llamado

Algo volátil y errabundo
ha tocado esta noche mi frente
como un pequeño fantasma que reclama
su suerte.
El pensamiento, de mí se desprende,
toma forma concreta y se resuelve.
Desanda las horas del día
y acude a una cita conmigo.
Pero sucede a menudo me sucede
que me pierdo en el trajín opaco,
en las urgencias aparentes,
y olvido la alondra voladora
que espera inaugurado aire
para probar su vuelo.

Algo volátil y errabundo
ha tocado mi frente.
Me reclama. Me busca.
Soy mi propio fantasma,
como un pájaro perdido

y no me encuentro...

viernes, 26 de agosto de 2011


Confesión hecha a quien me lea...

Me encanta la noche, con el supuesto del descanso, de una lectura que me guste, del relax, y aún con la posible desmesura de las sombras que a veces, agravadas por tormentas, me roban el sueño.
La noche... lenguaje distinto que tamiza el día vivido y lo muestra a nuestros ojos cerrados que lo ven con otra luz.
¿No les sucede que de pronto surgen voces en el alma que parecían olvidadas, y se acercan a susurrar miedos que se agigantan...?
Sin embargo, si decidimos oírlos, sabremos de su indigencia, de su fragilidad, conoceremos su reclamo de comprensión... y,
¿quién alza la mano sobre un cachorro desvalido?.
MANADAS AZULES
El relámpago y su fusta golpean
la noche mientras la ansiedad
se come las horas. Y crece.
Escondida, hago míos los silencios.
Los desvisto porque sé que debajo
de ellos está el grito.

Estas voces
que galopan la noche
y parecían monstruos laberínticos,
son cachorros desvalidos
cuando decido oírlos.

Supuse que traían respuestas
pero vienen a respirar en mi vigilia
y se llevan mi sueño de manadas azules
como animales liberados
contra la utopía sin final del horizonte.

lunes, 22 de agosto de 2011


Lo que nombra, define.

Cuando uno elige nombre para un libro propio, desea que breves palabras traduzcan o reflejen todo un concepto.
Al decir de Heráclito "nadie baja dos veces a las aguas de un mismo río"...Y así es, porque cada vez será distinto.
Igual que el tiempo... Y el hombre, que como el agua y el tiempo, es río que no regresa.
Tomando esa motivación es que decidí armonizar mi libro teniendo como referencia ese eje.
Recuerdo que en una antigua canción quechua hay un verso que dice: "Tal vez sólo seamos agua fluyendo..."
Me pareció exacto para definir lo que yo misma siento. Por supuesto es el pensar y sentir de ¡tantos antes que yo!, no estoy descubriendo nada, pero en definitiva me di cuenta de que uso las palabras como elemento que me permite "navegar por otras aguas".
Se sumerge uno primero en la memoria y después en la palabra... y el poema surge de escenas privadas, muy personales y nos brindan la oportunidad de acercarnos a otros que, de alguna manera, sienten como propias nuestras emociones.
Espero encontrar en quien me lea, un espacio donde "anclar", aunque sea por breves instantes, estas motivaciones que me llevan a escribir...
Y compartir este viaje.
AGUAS ADENTRO

Cae el sol en el mar
y deja una cicatriz de luz
en el anverso del agua.
En un momento así
es inevitable asumir los sueños
y su orfandad.
Un pescador solitario intenta
arrebatar al agua
su esquiva presencia.
Es una confesión a media voz
su desolado empeño.
La piel del agua, estremecida
avanza y retrocede. Murmura.
Respira, lo escucha, lo envuelve
en la calma que emana.
Atardece.
Ahora el espejismo del horizonte
es la frontera entre
esta grandeza incontenible
y la vulnerable presencia
del hombre en el imaginario
de encuentros y de esperas.
La tarde se consuma frenta al mar
y si el misterio desciende
un instante,
probablemente no sea
para quedarse.
Sólo abriga ese instante
la orfandad de nuestros sueños
que navegan por la sangre
aguas adentro.

martes, 16 de agosto de 2011

Poemas con luna...




Dormir

El filo de la luna cae
sobre mi sueño de transiciones múltiples,
separa la noche en dos hemisferios.
Quedo en estado de indefensión
entre agujas que llegan de geografías
distantes, e hilvanan presunciones
de futuros felices.
Someten todo a nada.
Al espanto
del canto
de la nada.

No voy a vivir con médulas diversas,
en acto de coraje miro los recuerdos
y decido revelar los móviles de la luna
y sus agujas.
Delato la conspiración
del tiempo con sus miedos
a implacable oído que no escucha
ni comparte
ni comprende.

Duele ser vano transcurso...
vano
llegará el olvido cuando duerma.




De las sombras de la luna...

...mi padre me decía:"-¿Ves?
es una mesa tendida
con gente a su alrededor".
Pero no era.
Anoche, los perros de la luna
bajaron a morder mi sueño.
Papá ya no está. Pero igual
yo, no se lo diría...
Centinelas

"En este festejo de género pequeño, el poema
¿Me oís beber tu nombre?"
María Paula Alzugaray

Los pinos contra la luna
tienen un halo de fría claridad.
Son centinelas oscuros
que cuidan el sueño
cuando la imperdonable noche
nos recuerda
todo lo que queremos olvidar...

jueves, 11 de agosto de 2011



Hace varias lunas que no escribo
y lo siento no sólo como tiempo
sino,
como un cielo que he perdido.



miércoles, 10 de agosto de 2011




Como los árboles



Tan pálidos y gráciles
recortados contra el azul
oscuro de la noche,
los árboles.

Entre sus ramas desnudas
impotente, está herida la luna.
Es el séptimo mes
y el frío, una nota aguda.
Esos árboles,
tan pálidos y gráciles
no están en mi calle porque sí
sino para acompañarme
y para que yo les cante.
Su aspecto vacío

de hojas y de nidos
presume una muerte rugosa
y solemne. De porte erguido.
Parecen más altos en la noche
así despojados
mis árboles.

Pero yo sé que debajo de su piel
espera la savia
pronta a renovar la memoria
cuando el amor del sol
la llame. Sé
que responderá una y mil veces
trasmutando el gris
en estallido verde.

No importa cuánto hace
que están allí
esos árboles mis árboles...

Espero que camines por mi calle
en el décimo mes. Y verás
como licor verde
sus copas desbordadas.

Como ellos, pálida y grácil
—oyendo el latido de mi savia—
podría renacer una y mil veces
si al milagro del amor se le ocurriera
decir mi nombre en voz baja.

Ah!, si pudiera
renacer en primavera.
Como los árboles...
Nudo del tiempo

El desafío de la tarde impone
sobre mi frente una consigna:
descubrir el nudo del tiempo
y desatarlo, cambiando
el destino irreversible
de envejecer.
Luego de mucho andar
ya en el ocaso de la vida,
el corazón de la noche
abre su profundo cofre
para darme la respuesta:

"Hace falta caminar la distancia
—del origen al final—
dándole alcance a las quimeras
porque una piel con recuerdos
anula el tiempo...
Llegar a ser un camino andado
que ha servido a otros
para llegar a algún lado.
Vivir con vehemencia,
porque lo fugaz, si intenso
redime el viaje
y al viajero"

.... Y ya no importa el tiempo.


Acerca del Tiempo Alfarero

No sé de dónde surgió la creencia de que, al ver caer una estrella, se le piden tres deseos y éstos se verán realizados.
Solemos poner la magia en algo fuera de nosotros y creerlo poderoso.
Pero más que en ese estallido de materia y luz, yo creo en la acción de ese artesano maravilloso que es el tiempo y que va formando con sus manos esta arcilla que somos.
Lentamente, perdiendo a veces parte de materia original para ganar formas y profundidad hasta adquirir la capacidad de contener hasta ser la obra terminada.
Y como en este viaje hacia una estación definitiva, todo va transcurriendo —con nuestro consentimiento o sin él—, mejor entonces atesorar encuentros y aceptar despedidas con la sabia naturalidad con que se suman los días.
Por eso he optado por no pedir tres deseos a una estrella fugaz, sino a ese artesano increíble: el Tiempo Alfarero. Y son éstos: que siga obrando en mí de modo que yo alcance la capacidad de comprender; segundo, que llegue a ser un cuenco profundo para llevarlo colmado adonde vaya; y tercero, que mis poemas lleguen al corazón de quien los lea.
Y allí se queden.

viernes, 5 de agosto de 2011

Ir al sueño

Ir al sueño


Ir al sueño cada noche no es
sólo el reposo. Es ir al encuentro
de una consentida omisión de la luz
para entreverse uno con rostros diversos.

Ir al sueño es corregir
las muertes que la vida nos da.
Hundirse en aguas inseguras
para volver en los relieves del sol.
Sin concesiones.

Una parte mía elige pactar.

Le creo al río onírico y a la
luz principiante. Acepto
esta alianza de ojos abiertos.
Si me miente el día
la noche regresa.
Y el tema infinito recomienza...

Jugamos a morir. Y a despertar
Como en un cuento

Érase una vez una niña que
intentó la luz en universos paralelos
buscando soles que regalan
pinceladas de sol al mediodía.

Pesando los sonidos de la tarde
supo la lumbre de un trino...

Época de flor y anuncio de frutos
en ramas desaparecidas bajo un tumulto
de flores de aromo, amarillas.
La luz les caía encima, líquida
madurando dulces vainas encendidas.

Érase una vez...
cuando todo era lejano todavía.

La luz se presentó desde una congoja muda.
Se desplomó el tiempo, casi a traición.

Cuando la razón fue capaz de entender
las heridas habían hallado su lugar.

Ahora el tiempo es un Amante de sonrisa
quebrada. A veces, fingimos creernos.

Pero aquella niña que jugó su juego
sabe que no siempre se alumbran
las esquinas de los sueños...
Y que el peso de la lluvia se parece
al sosiego
de un gigante bueno.

miryamseia@cablenet.com.ar

jueves, 4 de agosto de 2011

Cacería




Cacería




En un punto, alguien ha encendido una fogata.
El olor profundo del fuego
habla de hojas y ramas
que contemplan el resplandor de su alma.
En los troncos, un tatuaje de cicatrices indelebles,
la brisa palpando
la textura seca de sus heridas.
El olor profundo del fuego cerraba mi garganta
mientras el aire se tupía de aromas de raíces chamuscadas.
Mi alma vegetal, como los árboles allí inmóvil, parecía presa
y sin embargo estaba libre, suelta.
Esa noche, en un lugar abierto
alguien hizo una fogata.
La luna cazadora nos había encontrado,
al dueño del fuego y a mí
testigo insomne...
Su ojo blanco, sin pupila,
desnudo en la mitad del cielo
nos miraba.
Acaso nos veía como éramos.
Me hundía entre hojas muertas
como se hunde una fiera cazada
en una trampa blanda de la que
jamás escaparía.
El ojo de la luna, traidor,
omnipresente
se me clavó en la espalda.

martes, 2 de agosto de 2011

Agosto orfebre




Agosto orfebre

El rumor de pasos se pierde
con un clima de ceniza
que se come la luz.
Pasa su rastrillo el viento.
El frío es inexorable
y agosto, orfebre,
modeló la maleza
congelada en tallos de cristal.
Los nidos, antes ocultos
en la canción del follaje
son ahora evidentes, colgando
como ojos ciegos
en la indigentes ramas.

Mejor será no escribir más.
Temo
que las primeras gotas de agua-nieve
congele mis poemas
como cuerpos inermes...
Este agosto olvida el oro,
hoy modela el hielo
y mis palabras.

miryamseia@cablenet.com.ar

sábado, 30 de julio de 2011

Van a crecerme alas



Van a crecerme alas. Lo sé.
Las siento nacer dentro de mí.
Un suave escozor prepara ya en mi piel
el impulso del vuelo.
¡Ventura del espacio entero!...
no será necesario ir lejos
bastará que tus ojos un día
me inauguren el cielo.







BREVES VUELOS...

Mi mano pasa sobre la herida blanca del papel,
la acaricia y escucha: -te doy mi silencio, haz tú de él
tu barca, tu puerto, tu grito, tu viaje y tu regreso...
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Puse a dormir mis sueños... Y olvidaron despertar.
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Se puede vivir un día a plena noche y una noche
a pleno sol.
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Hay un gesto en la tarde, en su forma de irse
que me recuerda tu andar cuando también te vas...
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Al atardecer, el día se muere de luz. El poniente lo recibe
para devolverlo con un nombre nuevo: mañana.
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Cuando amé, le dije al Amor mi frase mejor:
cambiaste la estructura de mi forma oscura...

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Cuando me miras, dibujas mi perfil. De tal manera
que siento la impresión de no ser, todavía
mujer entera.

Se abrió paso la vida


Se abrió paso la vida

Desde un patio gritón de malvones
atravesado por soles inocentes
hasta formar esta trama de ocasos
que conjugan el presente,
se abrió paso la vida.
Aquí, donde las huellas pesan
y a menudo los dioses no llegan
a recordarnos
por estar tan lejos!
Mi infancia exime de culpas
las mariposas muertas que aún
alcanzan a rozarme con total pureza.
Con ellas...dejarme ir con ellas
por la eventual libertad de las poemas
que completan el ritual de mi mandala.

Mientras el capullo del verso brotaba
se abrió paso la vida...
y mudó el orden de lo ileso.
Ella nos trae consigo
-como un sol que amanece-, luego
vemos su luz
bajando sobre las paredes.
Implacable.
(Me niego a caer en la Sombra profunda.
Voy a salvarme. Allanaré la oscuridad
con la piadosa luz que encuentro
en la constante residencia del verso).

miryamseia@cablenet.com.ar

Pequeña niña-espejo


Pequeña niña-espejo

Te recuerdo y te pido que no sientas nostalgias, no estás sola,
sigue presente tu tristeza de niña solitaria, creo que estaba antes de
ti... y te adopté. Compartíamos las puestas de sol y comparábamos
los colores del ocaso como un aguamarina donde sumergir las
pupilas de la tarde.
Esa tristeza tuya inevitable también era sosegada y protectora...Tu
refugio donde esconder la fragilidad, las mensuras inexplicables...
Me acompaña todavía como una segunda piel que ampara el bosque
de mis venas. ¡Ah,... quisiera empezar a desprenderla... por los bordes,
estirarla, plegarla con cuidado infinito... ponerla sobre mi corazón
como pergamino sagrado en donde escribir mis verdades.
Si la aparto, si lo lograra, sabríamos las dos
cuál puede respirar primero.
Cuál es imagen...
Cuál espejo.

miryamseia@cablenet.com.ar

jueves, 28 de julio de 2011

Cuando callo

Dibujo de Mirta Larcher


Cuando callo

Hay momentos en que
mi boca se cierra, castigada
por silencios.
Es cuando en mis ojos duelen
las palabras. Callo
pero grito en la mirada
Tú —mejor que nadie—
lo comprendes. Y mudas
con ternura indescifrable
el orden alterado
de la pena que socava.

Me devuelves el habla,
Le das serenidad
a mi mirada.

Y fluyo como un río de montaña
con las aguas desheladas...






AZUL


Duele la noche de tan hermosa.
El habitual reloj marca una hora
que no creo.
No pueden ser las veinte, en junio
con un cielo así de claro.
Como un líquido frío
que rompe las compuertas
para volcar en mi patio
la noche entera
distintamente azul.
El milagro está allí
para verlo, sentirlo,
incorporarlo...
Solemos no darnos cuenta
y negarnos los milagros.
Hoy ocurre.
De noche,
y es azul...












Sigilo

Voy a atrapar el silencio
de esta noche sin ecos. Solamente
míos los umbrales de humo.
El frescor de las sombras sin dueño
me invita; su sabor ignorado
calma toda la sed. Suavemente
la gusto en su cáliz de ojiva.
Nada turba el andar demorado
de vigilia en sigilo.

Armo un lazo y lo tiendo. Dueña
ya de las calles desiertas, del viejo
campanario que duerme cansado.
Nada existe despierto.
Dueña soy del silencio;
si algo resiste,
le miento.

El agua - de mi libro Tiempo Alfarero




El agua...


Llueve casi con timidez.
Cierro la puerta a otros ruidos
para oír sólo el sonido del agua.
La canción de cuna más antigua
que adormeció la tierra,
el eterno tema
que lava el alma hasta dejarla
despojada.

Me arraigo a este paisaje
como un árbol sediento
y permito que ella camine
por mis sentimientos
en todas direcciones.
Y consiento
que intente hallar los límites.
Yo
no los encuentro.

miércoles, 27 de julio de 2011

Eucaliptus centenarios custodian la calle que comienza: Rivadavia

Foto: Carmen Riera de Dall'Aglio




CUSTODIOS

Es una pequeña vida el crepúsculo.

Atemporal la luz,
va desgajándose
sobre el banco que espera.
Hace de la ausencia
un fugaz personaje de quimera.
Y nosotros aquí;
dos antiguos centinelas
desde un tiempo que no cuenta...

Custodios de la historia, aireando
imágenes de este pueblo que crece,
se extiende, se remonta.

Estamos aquí, guardamos
esta calle que comienza.
Verde-gris las hojas y un lenguaje
de aromas y susurros. Raíces
amándose bajo la tierra.

Memoria vegetal somos.
Madera de recuerdos.
Custodios del paso de la vida
y a pesar de ella,
resistiendo.

viernes, 22 de julio de 2011

Sinfonía metálica

Puente Victoria une Rosario-(S.Fe)
con Victoria-Entre Ríos

Foto: Carmen Riera de Dall'Aglio




Sinfonía metálica







Huesos de hierro punzan

hiriendo, la conjetura celeste
.
Sólido y fabuloso,

casi animal mitológico el puente.

Alegoría concreta de los hombres

que sostiene el pasar

y lo fugaz de los sueños.

Sinfonía metálica tendida

sobre el agua,

estructura de brazos abiertos

que acerca realidades en suspenso.

Huesos de hierro que respiran

el aliento incesante de los días

con austero porte. Erguido,

de cara al tiempo,

ausente de sentidos

para lograr sobrevivirlo.

Testigo impávido de toda travesía,

epidermis resistente y fría...


Oblicuo espinazo del abismo.





miryamseia@cablenet.com.ar