viernes, 30 de marzo de 2012

Otoño mío

Dibujo: Artista Plástica Mirta Larcher de Molver



Otoño mío

Era necesario este otoño
para saber en qué medida es mío.

Un recuerdo a tiempo,
un sol escondido,
me incorporan
a la estación que no elijo
por propia decisión, pero que es
parte de mi ciclo.
Otoño mío, amado.
Pintor de sueños que me habitan,
sigo tu pulso de ocres y amarillos;
sigues mi ritmo de colores idos.
Andemos juntos, cómplices
del nido y del trino.
Te cuento todo lo que tú ya sabes,
me propones ir al fondo del olvido
a rescatar recuerdos,
a mentirnos presencias
con sabor de siglos.

Y, con el alma entregada
bajo tu signo de tranquilas aguas
tomas mis manos y
te sigo... te sigo...


Ritornello

Sé que en mi estación, la rosa
ya no sucederá.

Saberlo es
saber la oscuridad.
Quedarse a solas con la ausencia
y modelarla a ciegas hasta darle
esta forma de río desbordante.
Es nacer el silencio desde uno
y pulirlo tenazmente hasta arrancarle
de una arista quemante
su perfecta luz.
Es morir.
Y edificarse.
Es grabar con un buril constante
en la memoria – ese metal
de hondas resonancias–
las profundas vivencias
que atesoran la marcha.
Por ese sendero regreso
hacia adentro.

En el umbral de mi otoño
miro mi paisaje.
Estoy de pie aún
y me concedo esta verdad
aunque saberlo sea
saber la oscuridad.
Sé que en mi estación, la rosa
ya no sucederá...

viernes, 16 de marzo de 2012

¡Los libros impresos no morirán nunca !


Imposible no compartir este cortometraje tan excelente...
¡que lo disfruten como yo!

Subject: Corto animado ganador del Oscar 2012.-

The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore (2011)
Es sencillamente maravilloso, de una inventiva conmovedora...Lleva unos minutos mirarlo, pero es imperdible. Tiene 1.493.925 visitas en You Tube

¡LOS LIBROS IMPRESOS NO MORIRÁN NUNCA!

Yo no le pido más... Sobre el Video (porque hay quienes dicen que no aporta lo suficiente ¡!)

The Fantastic Flying Books of Mr. Morris Lessmore (2011

Cuando un viento catastrófico va haciendo desaparecer la vida, las comunicaciones (vemos en el principio del video volar todo, libros, televisores, personas, edificios, etc...) luego de mostrar un mundo semi-destruido vemos que al serenarse el huracán del tiempo, el hombre -uno de los sobrevivientes- tose y como hermosa metáfora van surgiendo de dentro suyo las letras que lo habían alimentado...

Camina, anda, vive; hasta que aparece La Magia sobrevolando la realidad con libros que nunca morirán.

El hombre descubre una vieja casona-museo donde los libros se NIEGAN a morir, junto a la Música y al Arte.

El protagonista fue el "Predestinado" a salvarlos del anonimato, fue el buscador de nuevos lectores. Se lo ve en esa biblioteca con los elementos que "toman el pulso", valijitas de primeros auxilios y una sucesión de Pura Belleza Total... Música... Danzas... Misterio... Fantasía... (cuando los libros bailan en parejas son imágenes bellísimas).

Y este "elegido" que va difundiendo la obra del arte y del conocimiento TODA su vida. Hasta su ocaso y partida: con un amor infinito.

Termina con la inocencia de una niña, vida-nueva, que hace posible el renacer de TODO.

Yo no le pido más explicación al Arte, la Fantasía y el buen gusto.

Cuando algo tan bello toca mi alma, aparto suavemente las preguntas del raciocinio, no le pido otro aporte ¿qué más podría decirme, en qué le falta ser más explícito si ya me hizo pensar y disfrutar? Si "YA" me dijo que el libro impreso siempre será sobreviviente del caos… y que si es necesario, volveremos a escribir; aún en las piedras…


miércoles, 14 de marzo de 2012

"Tú florece"

Dibujo: Mirta Larcher

Tú, florece...

"Ciruelo de mi puerta, si no volviese yo,

la primavera siempre volverá...

Tú, florece"

Anónimo japonés

Dentro de la brevedad de este poema hay tanta hermosura que conmueve. Me parece de esos chispazos geniales que dicen tanto con tan pocas palabras.

Aparece como cita en un cuento de Haroldo Conti “La balada del álamo Carolina”, una joya, una obra maestra de este autor argentino.

Si uno analiza detenidamente el fragmento anónimo del epígrafe podemos ver que:1) refleja lo efímero del ser y la realidad de nuestra fragilidad… “Ciruelo de mi puerta/si no volviese yo…”; 2) la relación de sentimiento, de afecto: es mi árbol, un ser vivo, no una cosa (yo lo comparo con el jacarandá y los fresnos del frente de mi casa y sé qué distintos los siente uno); 3) “…la primavera siempre volverá. Tú, florece”.

Podemos sentir esa sabiduría contundente –tan oriental- del deber de seguir los dictados naturales, y de cumplir con ese deber.

La fuerza de la tierra, los ciclos que se repiten desde hace miles de millones de años (fuera del alcance de la prepotencia humana) y a los que se adaptan las plantas y los animales, me inspiran un profundo respeto. Hay en ellos una memoria universal que reconocen y a la que responden con infinita sabiduría ¡Y nosotros que nos jactamos del raciocinio, somos los que deberíamos aprender de ellos sobre todo en su conciencia de grupo y pertenencia!

Además está la cuestión del Ser: “Tú, florece” –como si dijera “Sé tú mismo”, así como lo enseñó Buda, como también lo vemos en otras filosofías. Sentirse integrado a la naturaleza, ya que somos partículas en la inmensidad del cosmos, y como el árbol y cada cosa viva, somos parte del Todo.

A esta altura cualquiera se dará cuenta de que tengo una particular debilidad por los árboles, y al leer el cuento de Haroldo Conti se me ocurrió consultar en mis libros de poemas las veces que menciono el árbol o me comparo con ellos… y lo encontré muchísimas veces. Incluso uno se titula: “Como los árboles” –y me refiero a ellos como personajes de la cuadra donde vivo-

Curiosamente mi primer libro se llama “Raíz al aire” y los primeros versos dicen: “Soy árbol nacido al final del camino/ de copa breve y raíz aérea…/”

O cuando expreso el deseo: “Si me fuera dado elegir/querría ser un árbol: jacarandá/pero con una condición:/estar siempre en flor…/ Jacarandá, eres el único árbol con un cielo propio”.

O en : “Pude ser”: “…Pude ser piedra. O árbol/ apenas quimera/ o el sueño de un hombre…” etc, Y tantas otra veces que no corresponde citar más…

Cuando uno los ha plantado y visto crecer son –al pasar los años-, como hijos propios, parte de nuestra historia cotidiana.

Me remito al principio, al breve poema anónimo y trato de “acomodarlo” a la vida, es decir; aunque las circunstancias se salgan del curso habitual y uno se sienta descolocado, hay que oír el mandato natural de seguir adelante… De Ser, de subsistir, de bregar… “TÚ, FLORECE”. Casi me tienta decir: amén.


martes, 13 de marzo de 2012

Infatigable llama

En la habitación una lámpara oscila,
protege el cuarto con su fuego secreto.
No se fatiga de arder,
su llama enciende y apaga con temblor
rostros amados, en fotografías.

Y alguna alegría desorientada
vuelve a pasar por el corazón...

Alta lámpara, siempre
encendida en mi noche:
cuida que no sea mi cuerpo
delgado hueco sin soles.

Acerca tu calor hasta encontrar
este pulso que persiste en su frío,
desármalo.
Quémalo con tu nocturna luz
matadora de sombras...